Mientras algunos diputados articulan y redactan propuestas para gravar con más impuestos a los salvadoreños destinados a la seguridad, los parlamentarios prefieren ignorar las reales demandas de una verdadera austeridad en el aparato público que implique una reducción del gasto y la eliminación de partidas innecesarias como seguros médicos, viáticos, alimentos, viajes y vehículos, entre otros.
Algunos diputados apoyan iniciativas como un impuesto del 10% a las facturas de consumo de servicios como telefonía fija, móvil, cable e internet que perjudicaría principalmente a los pobres. Mientras, otros apoyan aumentar en un 5% los impuestos a medianos y pequeños empresarios.
En medio del debate, los diputados se apresuraron el viernes pasado a aprobar un préstamo de $59 millones de dólares que representa un aumento de unos $400 mil dólares. Pero lo importante es que los diputados se reservaron importantes montos para servicios privados de salud ($ 5.3 millones de dólares); mantenimiento, arrendamiento y reserva de vehículos (2.6 millones de dólares), salarios ($39 millones de dólares) bienes de consumo ($3.9 millones de dólares), viáticos ($700 mil dólares), boletos aéreos ($600 mil dólares) atenciones especiales y publicidad ($628 mil dólares), alimentos ($224 mil dólares), seguro dental ($41.5 mil dólares), entre otros.
Ningún diputado se opuso a la aprobación del gasto; al contrario, destacaron la transparencia con la que se diseñó el mismo.
Aunque el presupuesto de la Asamblea representa el 1% del presupuesto nacional; esto refleja un pequeño ejemplo de cómo se invierten los impuestos que pagan los ciudadanos.