El Tribunal Supremo Electoral (TSE) y los miembros de los partidos políticos de las Juntas de Vigilancia Electoral (JVE) realizaron la prueba de tinta indeleble que se colocará a los votantes una vez ejerzan el sufragio.
La prueba se aplicó a cada uno de los funcionarios, con diferentes tipos de solventes para determinar si se la mancha oscura en uno de sus dedos podía ser borrada. La mancha perduró y con ello se garantiza su aplicación a cada uno de los votantes el día de las elecciones, el 1 de marzo de 2015.
Los magistrados del TSE aseguraron que ningún votante podrá someterse a votar dos veces. Cada votante a la hora de emitir el sufragio debe mostrar sus manos a la Junta Receptora de Votos (JRV), la cual observará que los dedos estén limpios, antes de proceder a meter el dedo en un recipiente.
La tinta es de «alta calidad» según la empresa que la produce Fivamex, y se transportó en 11 mil 130 frascos desde México, a un costo de $130 mil. En el 2013, los magistrados de turno tomaron la decisión de viajar a ese país para realizar la compra directa de este producto.
Esta decisión fue criticada por no respetar los procesos que demanda la Ley de Contrataciones y Adquisiciones, LACAP. La actual magistratura siguió con esa tendencia y adquirió la tinta a través de la compra directa.